Nutrición de precisión: el futuro de la industria porcina
La industria porcina argentina atraviesa un momento de alta rentabilidad, con cifras que indican que, entre enero y septiembre pasado el volumen creció un 3,1%, a 587 044 toneladas y las exportaciones de la actividad treparon un 35,1%, de acuerdo a un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) con base a datos de la Secretaría de Agricultura. Con un panorama concreto de crecimiento y oportunidades de expansión, la eficiencia alimenticia es una piedra angular de la rentabilidad porcina. En tal sentido, ¿cuáles son los factores clave necesarios para el éxito en las granjas? Especialistas de Provimi Cargill plantean tener en cuenta la conversión alimenticia, indicadores económicos de rentabilidad, nutrición de precisión, programas de modelaje y adi tivos fitogénicos, entre otros.
“La conversión alimenticia es un aspecto fundamental en la producción porcina, una industria de transformación donde las materias primas se convierten en carne. Sin embargo, para evaluar la eficiencia de manera efectiva, es crucial considerar tanto la conversión alimenticia como la calórica, dado que la energía es el componente más costoso de la dieta”, afirma Everton Daniel, gerente de tecnología South LATAM para Cerdos - Cargill Nutrición Animal. “Una buena conversión alimenticia no siempre garantiza una conversión calórica óptima; por ello, es vital centrar la eficiencia en el uso energético de cada granja” agrega.
Esta nueva perspectiva permite analizar cómo los cerdos convierten la energía de la dieta en carne, en lugar de limitarse solo a medir la conversión de alimento en carne, proporcionando así una visión más precisa de la eficiencia de cada establecimiento porcino.
Los KPIS: el norte en la producción.
Los indicadores económicos (o Key Performance Indicator – KPIs – por sus siglas en inglés) - puntualmente el costo por kilo de carne producido y el retorno sobre la inversión en alimento - son esenciales para definir el programa nutricional de cada granja porcina. Estos indicadores permiten al nutricionista formular dietas orientadas en maximizar la rentabilidad del sistema.
“El proceso comienza con la selección del KPI más relevante, seguido de decisiones nutricionales ajustadas a ese objetivo, y concluye con una evaluación exhaustiva a lo largo del tiempo para establecer una estrategia productiva integral. Para que este proceso sea exitoso, el diagnóstico del escenario productivo es crucial: en períodos de alta rentabilidad, se debe priorizar la maximización de la ganancia de peso; en períodos de baja rentabilidad, la eficiencia de conversión” explica el profesional. “Factores como el precio del cerdo, el costo de alimentación y aspectos de manejo, como la estrategia de venta, también influyen en las decisiones estratégicas de formulación” completa.
Nutrición de precisión: el futuro de la industria porcina.
En tal sentido, la nutrición de precisión se centra en ajustar los sistemas de alimentación para satisfacer las necesidades específicas de cada corral o cerdo, en lugar de simplemente distribuir el alimento de manera uniforme desde los silos. Esto requiere la colaboración entre nutricionistas y la industria de equipamiento para incorporar tecnologías avanzadas, como equipos automatizados, software e inteligencia artificial, que reduzcan la dependencia de personal, optimicen su productividad y lo ayuden a identificar KPIs clave y oportunidades de mejora.
En este contexto, las herramientas esenciales incluyen programas de modelaje, que facilitan la toma de decisiones basada en datos productivos, y aditivos fitogénicos, que mejoran la digestibilidad de los ingredientes y reducen la actividad física de los cerdos. Esto permite que una mayor proporción de la energía consumida se destine al crecimiento, mejorando el bienestar de los cerdos y la eficiencia productiva de la granja.
Estrategias clave para mejorar la eficiencia.
Para mejorar la eficiencia en la producción porcina, se pueden implementar varias estrategias de manejo, manufactura y nutrición:
→ Manejo de comederos y agua: proveer agua ad libitum en la etapa de finalización aumenta el consumo de alimento y el peso final, aunque eleva la conversión alimenticia. En cambio, restringir el agua mejora la conversión, aunque reduce la ganancia de peso.
→ Materias primas de calidad: asegurar que las dietas se formulen con ingredientes de alta calidad para una mejor eficiencia.
→ Estrategia de formulación: ajustar la formulación de acuerdo con el contexto productivo; en escenarios adversos, optimizar la conversión alimenticia, mientras que, en escenarios favorables, priorizar la ganancia diaria de peso.
→ Molienda y peletización: ambos procesos mejoran la digestibilidad del alimento.
→ Restricción alimentaria selectiva: ofrecer alimento ad libitum en la mayor parte del ciclo y restringirlo en momentos de menor eficiencia alimenticia, como en la etapa de engorde.
→ Nutrición de precisión: aplicar un enfoque adaptado para optimizar la conversión energética y alimenticia según las necesidades específicas de cada grupo de cerdos.
Estas estrategias, adaptadas al contexto de cada granja, permiten mejorar la eficiencia y la rentabilidad del sistema productivo.
En conclusión, optimizar la eficiencia alimenticia requiere combinar estrategias nutricionales, manejo adecuado y el uso de tecnologías avanzadas. La definición de KPIs claros, el correcto análisis del escenario productivo y la adopción de prácticas de nutrición de precisión son pasos fundamentales para maximizar la rentabilidad en la industria porcina.
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